Ese
día fue igual que todos los demás. Me levanté, desayuné, me vestí
y, por último, mi hermano y yo cogimos la tablet. En ella vimos
YouTube. A las 8:30 nos fuimos al colegio y estuvimos en el aula
matinal 30 minutos.
Luego,
por fin, llegaron las clases. A primera hora estuvimos dando Lengua y
la señorita Rocío nos estuvo enseñando los conectores temporales
para aplicarlos en la redacción que ahora mismo estoy escribiendo. A
segunda hora, dimos Inglés y corregimos unas fichas del presente
que, al fin y al cabo, nos salió bien. A tercera hora, llegó la
señorita Marilú y nos enseñó Matemáticas, y a cuarta hora dimos
otra vez Inglés. En la clase de Inglés nos enseñaron un poco el
pasado de los verbos.
A
las 12:00 sonó el timbre, eso quiere decir que empieza el recreo. Al
bajar vi un mural muy bonito que representaba el tren del colegio. En
él se veía las vagonetas y unas mariposas de colores que
representaban el humo.
Al
pisar el suelo del recreo vi que allí todos los niños llevaban unos
carteles pegados en el pecho que decían “A free hug” que en
español es “Un abrazo gratis”. Media hora después, a las 12:30,
sonó el timbre, que quería decir que se acababa el recreo y
subimos.
Allí
no dimos clases, estuvimos ensayando unas frases que teníamos que
decir. A las 12:45 bajamos al recreo y subimos al escenario, leímos
las frases de Mahatma Gandhi y nos volvimos cada uno a su sitio.
Luego, todos los niños/as y profesores/as del colegio empezamos a
cantar las canciones de “La aventura de vivir” e “Imagine”.
Al
cabo de un tiempo subimos a clase y cada uno se marchó a su casa.
Yo le conté todo a mi madre sobre lo que habíamos hecho, y ella
decidió contarme una historia que es esta:
“ Había
una vez una paloma negra que estaba en la guerra y ella hizo mucho
daño a las otras palomas. Un día una paloma superior a ella le pegó
una paliza. La paloma se quedó llorando en un rincón y le dijo a
Dios que lo sentía. Dios convirtió a la paloma negra en una blanca
y se convirtió en el emblema de la Paz”.
Yo
le di las gracias a mi madre por haberme contado la historia y ella
me sonrió. Aquel día me transmitió mucha paz y armonía, ya que
todo el mundo era feliz.
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